lunes, 28 de marzo de 2011

El tiempo no es un juego

Era un día normal y corriente, de un 15 de abril del 2011, cuando Dan llegó a su casa, y entró en su habitación, se dio cuenta de que había una caja debajo de su cama, la cual nunca la había visto. Por supuesto que Dan, con toda su curiosidad, abrió la caja con mucho cuidado. Pero cuando la abrió se ve que solo era un reloj dorado muy antiguo. Entonces, Dan apretó a un botón el cual estaba en la parte superior del reloj. Cuando lo apretó, escuchó como el ruido que hacen las campanas, le pareció algo raro, así que se levantó y fue a enseñárselo a su madre. Cuando entró en la cocina, se quedó tieso de lo que estaba viendo. Toda la cocina incluyendo a su madre, el agua que caía del grifo, etc., se había quedado quieto. Dan miró el reloj, y vio que la hora que ponía eran las siete y media, lo raro es que ninguna aguja, ni la de los segundos, se movía. Él pensó que a lo mejor estaría roto, así que miró el suyo pero estaba igual. Salió corriendo a la calle, pero en cuanto abrió la puerta, se dio cuenta de que la gente estaba igual que su madre, todos quietos como estatuas. Y así se dio cuenta que, al haber apretado a ese botón, pudo parar el tiempo. Claro que, Dan volvió a apretar a ese botón, y en cuanto lo apretó todo volvió a la normalidad. Entonces decidió no decírselo a nadie. Al siguiente día, se ve que en el colegio, en la clase de matemáticas, le pusieron un examen sorpresa, y para aprovechar la ocasión, Dan, cuando no sabía alguna respuesta, apretaba al botón del reloj y empezaba a copiar las respuestas, pero al cabo del tiempo empezó a ser un vicio, lo de apretar el botón para sus propios beneficios. Lo que él aún no sabía es que cuando otro ser vivo apretaba el botón y no fuera Dan desaparecía del mundo, y eso fue lo que le pasó dos veces a Dan, una vez en el parque, cuando se le cayó al suelo y un niño lo apretó sin querer (del cual sus padres todos tristes, dieron que alguien lo secuestro, y aunque enviaran a policías, no lo encontraban) y luego por la calle cuando una paloma le cogió el reloj (el cual se lo sacó de las manos), y en cuanto apretó al botón desapareció. Dan, como no pudo soportar esa presión, de que si otro ser vivo tocara el botón y desapareciera, decidió enterrarlo en el cementerio, en un hoyo muy profundo, donde estuvo mas de una hora en hacerlo y luego taparlo.

Y nunca mas se ha vuelto a saber nada sobre ese reloj tan misterioso.


Samuel Moliner

2 ESO C

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